Cuzco: el ombligo del mundo

Cuzco (o Cusco) es considerada la primera capital peruana o la capital histórica del país. En quechua quiere decir ombligo del mundo, por lo que parece que los incas oriundos de ahí pensaban que el centro de todo era su ciudad. Hay mucha historia sobre la ciudad y uno de sus más ilustres narradores y por casi todos conocidos es el inca Garcilaso de la Vega
Para llegar a Cuzco desde Lima hay dos formas posibles: en un autobús que puede durar unas 17 horas o en avión, que se tarda una hora y media escasa. Como tiempo no es lo que nos sobraba, decidimos ir en avión. Hay muchos vuelos desde Lima a Cuzco, la mayoría por la mañana. Las dos compañías que operan son TACA (o AVIANCA) y LAN. El precio es casi el mismo en ambas compañías, quizá algo más barata la primera. Hay que tener en cuenta que normalmente el precio no bajará de los 100€ (o por lo menos en las fechas que lo miramos y se suponía que era temporada baja).

Catedral de Cuzco
Catedral de Cuzco con lugareñas

Llegamos a Cuzco a eso de las nueve de la mañana, tempranito para aprovechar el día. En el aeropuerto hay muchos taxis oficiales que te cobran 30 soles por ir al centro de la ciudad. Nosotros intentamos regatear, pero no hubo manera. Así que intentamos coger el colectivo, pero al final nos ofreció un lugareño llevarnos por 12 soles a donde quisiéramos y ahí que nos subimos. Nos quedamos en la Walkon Inn, al lado de la plaza de Armas de la ciudad. Pagamos por una habitación doble con baño compartido y desayuno incluido 75 soles

Como era temprano, decidimos buscar información de cómo ir a Aguas Calientes al día siguiente. No es tan sencillo ni tan corto como parece. Hay dos opciones aquí también: ir en tren o en autobús. La opción del autobús vuelve a ser larga (unas doce horas), por pistas y, según un chico que nos encontramos que hizo ese recorrido, algo peligrosa. Así que no nos quedaba otra opción más que coger el carísimo tren. Buscamos la opción más económica de todas: ir primero hasta Ollantaytambo en colectivo (8 soles y hora y media de viaje) y aprovechar a ver las ruinas incas de ahí (además de ahorrarnos unas horas de viaje en tren), para después coger el tren desde ahí. También cogimos la opción más barata dentro de los trenes, pero aún así tuvimos que pagar por cabeza $110. ¿Quién dijo que ir a Macchu Picchu era barato?
Zumo en el mercado de san Pedro en Cuzco
Al rico zumo Cuzqueño

Con los deberes hechos, nos pusimos en marcha para ver la ciudad de Cuzco. Obviamente lo primero que vimos fue la plaza de Armas: amplia y majestuosa. Está rodeada por la imponente catedral, la iglesia de la compañía de Jesús y numerosos soportales que sujetan a casas con unas balconadas espléndidas. Esta vez no es el amarillo el color que predomina, sino el blanco y el marrón. Para ver la ciudad seguimos un pequeño circuito que venía en la Lonely porque no sabíamos que había Free Tours (empieza de lunes a sábado a las 11:50 en la plaza del regocijo ) ¡Con lo que me gustan! 

Caminito a San Blas en Cuzco
Caminito a San Blas

Cuando nos entró el hambre y la sed, nos metimos en el mercado de San Pedro a tomarnos uno de los mejores zumos que bebimos ahí. Nada más entrar hay un montón de puestos con coloridas frutas. Nos sentamos cada uno en uno y elegimos el zumo al gusto. Nos costó 5 soles a cada uno, pero rellenamos el vaso (que tampoco era pequeño) dos veces y media. Delicioso. Después, nos fuimos a llenar el buche a los puestos que había ahí dentro. Había infinidad de ellos, pero en general eran muy similares, tanto en precio como en comida. Por 25 soles comimos los 4. Aunque a Noe le costó algo más caro porque al salir del mercado, le robaron el móvil. A la salida, le tiraron una especie de pienso para pájaros a la cabeza y mientras se limpiaba, el iphone desapareció. Sin muchas esperanzas fuimos a la comisaría para turistas para denunciar. Ahí nos dijeron que esa técnica era muy usada. Así que ya sabéis, si vais a algún mercado (me refiero a los cubiertos) de Perú vigilad vuestras cosas más de lo normal y entrad y salid por las puertas principales. Por desgracia, en este viaje también tuve que visitar un sitio que no se me había pasado por la cabeza, la comisaría turística de Cuzco.

Bandera de Peru y la inca
Bandera de Peru y la inca

Después del disgusto, seguimos con la ruta turística por Cuzco. Continuamos subiendo al barrio de San Blas. Nuestra meta era llegar a la fortaleza inca de Sacsayhuamán antes de que anocheciera. Por el camino (entre parada y parada para coger aire) vimos la bandera inca. Esta bandera representa las cuatro regiones del Imperio Inca, también conocida como la bandera irisada de Tahuantinsuyo (espero haberlo escrito bien). Creo que muchos (por no decir el 99% de los turistas) la confunden con la bandera del orgullo gay. Pues sí, a los incas les gustaban los colores y eligieron los del arco iris.

Paorámica de Sacsayhuamán
David y Noe en Sacsayhuamán 

La entrada a Sacsayhuamán (halcón satisfecho en quechua) es una ticket conjunto para visitar éste y otros yacimientos incas. Se denomina boleto turístico y cuesta 70 soles por persona. Nosotros solo teníamos intención de ver esta fortaleza y nos parecía demasiado por solo eso. Pero, sin comerlo ni beberlo, se nos acercó un hombre y nos dijo que entrabamos ilegales por 30 soles cada uno, con guía incluida. Como buenos españoles, regateamos el precio y entramos los cuatro por 100 soles.

Vistas desde la fortaleza inca de Cuzco
Vistas desde la fortaleza inca con un cielo muy amenazante de tormenta

Esta fortaleza se caracteriza por sus enormes y pesadas piedras que la componen. La más grande pesa tonelada y media. Desde ahí arriba, la vista es increíble, se ve Cuzco y una extensión inmensa del valle y las montañas andinas.

Sacsayhuamán
Sacsayhuamán

Este fue mi primer contacto con restos arqueológico de la cultura inca. He de decir que me sorprendió tanto para bien como para mal. La inmensidad de las construcciones es brutal, pensar cómo movieron esas piedras y los cálculos que hicieron para que la luz reflejara en el lugar exacto en el día exacto es increíble. Pero por otro lado me decepcionó que no tallaran las piedras, que simplemente fueran piedras grandes y listo. Esperaba algo más artístico en las construcciones incas.

Fortaleza inca en Cuzco
Una servidora en la fortaleza inca

Después de un día bastante movido (viajar desde Lima en avión, visitar la cuidad y la comisaría, lidiar con el mal de altura y el cansancio) decidimos que teníamos que cenar bien, pero a la peruana. Así que preguntamos a un hombre por la calle por un sitio donde comer bien comida típica, pero no de gringos, sino de locales. Nos dijo que fuéramos a La Chumba. El sitio está un poco oculto. Al entrar parece una especie de bodega/merendero grande, con mesas alargadas. La variedad de la carta no es muy amplia, pero no encontrarás nada de lo que no tengas que preguntar al camarero qué es. Cada plato ronda los 18 soles. Pero he de decir que si una persona se termina un plato de esos entero, es que hace varios días que no come. Así que pedimos tres comidas para compartir entre los cuatro: sopa, ternera y cordero, cada uno de una forma, todo ello acompañado de Cuzqueña. Ni el día ni nuestros cuerpos dieron para más.

Restaurante La Chumba en Cuzco
Pablo y yo cansados y hambrientos en La Chumba
seguro viaje IATI
paso a paso creciendo de viaje

2 Comentarios

  1. EDUARDO

    15 diciembre, 2013 at 6:42 pm

    Hola Flavia

    Muy bonitas las callejuelas del barrio de San Blas y preciosa la vista desde el templo inca.
    ¡¡Vaya precios los del tren!!. No me imaginaba que fuera tan caro desplazarse a lo largo del pais.
    A tenor de las caras de destrozados que teneís, la caminata hasta el templo debe ser dura. ¿Como habéis llevado lo del mal de altura?

    Un abrazo

  2. Flavia

    16 diciembre, 2013 at 8:13 am

    ¡Hola Eduardo!

    Pues el mal de altura lo notamos el primer día, dolía un poco la cabeza y costaba un poco más respirar, pero en un día se va 🙂

    Las caras de cansados fue por el día en general, madrugamos, visitamos la ciudad, subimos las cuestas y el mal de altura.

    A nosotros también nos parecieron un poco abusivos los precios del tren. Creo que escribiré algo sobre las distintas opciones que hay para llegar al Macchu Picchu

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