Kelimutu, el volcán con los tres lagos de colores

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De nuevo suena el despertador antes de que salga al sol. Ya ni recuerdo la última vez que dormí hasta las 9. Con las legañas todavía en el ojo, voy a pedir que nos preparen el desayuno. A las seis en punto nos está esperando el minibus local que nos llevará desde Riung hasta Ende. De ahí tendremos que coger otro transporte hasta Moni. Nos han dicho que serán unas seis horas ¿será verdad esta vez? Creo que mi culo ya se ha hecho a las carreteras con miles de baches de Flores. Parece que el trayecto no es muy popular y vamos casi solos. Y sí, realmente después del tiempo estimado y un cambio de autobús, estamos en Moni. Son las doce de la mañana y tenemos todo el día por delante para descansar.

El Kelimutu
El Kelimutu

Para dormir elegimos el primer hostel que vemos, Rice Fields, con Theresa y Florian, una pareja de alemanes que está viajando durante un año por el mundo y con los que coincidimos los bungalows de Riung. Como es pronto, decidimos ir a las aguas termales (Hot Springs) que hay muy cerca de Moni a refrescarnos.

Dándome un chapozón en las aguas termales
Dándome un chapozón en las aguas termales

Después de un rato a remojo y ya algo más descansados, cruzamos el pueblo tranquilamente (porque es más bien pequeño) y damos un paseito por los campos de arroz rodeados por montañas. Después de las bintangs de rigor, cena y a dormir, que al día siguiente nos viene a recoger a las 03:30 para subir a ver el amanecer en la cima del volcán Kelimutu.

Campos de arroz de Moni
Campos de arroz de Moni
En menos horas de las que hubiera deseado, nos volvimos a levantar y, medio sonámbula, me metí en el coche e intenté aprovechar el rato en el coche para dormir. Después de hacer un pequeño chanchullo para entrar en Parque Nacional de Kelimutu, nos dejó a los cuatro en el aparcamiento e iluminados por los frontales, seguimos el camino hasta la cima. La subida no es difícil, pero el no haber desayunado todavía, el estar dormida y el frío hicieron que me costara más de la cuenta. Una vez arriba, solo nos quedaba esperar a que empezara a salir el sol.
Disfrutando del amanecer
Disfrutando del amanecer

Arriba hacía frío, bastante frío. Así que recomiendo llevar ropa de abrigo para ver el amanecer en el volcán Kelimutu. En la cima del Kelimutu hay tres lagos de colores. Dos de ellos están juntos, separados por una pared natural y otro está justo al otro lado, más apartado, se podría decir que incluso escondido.

El lago negro del Kelimutu
El lago negro del Kelimutu

Un lago es de color azul turquesa, el otro de un verde algo oscuro y el solitario parece negro. Según los rayos van calentando la cima del Kelimutu, las nubes se van yendo y empiezan a distinguirse mucho mejor los lagos. Poco a poco, mientras la sombra se despide de la cima, el color de los lagos va cambiando, aclarándose poco a poco. No te vayas en cuanto salga el sol, quédate un rato más y disfruta del Kelimutu.

Mono del Kelimutu
Mono del Kelimutu
Entramos en calor con un té y una sopa instantánea. Después de esquivar a un par de monos hambrientos en busca de las sobras de los turistas, antes de bajar andando de vuelta a Moni, trepamos por una ladera del volcán para llegar hasta la división de los dos lagos. Teóricamente está prohibido, pero ¡quién se resiste!
Los dos lagos hermanos del Kelimutu
Los dos lagos hermanos del Kelimutu

Después de contemplar cómo se iba quitando la sombra e intentar sin éxito tirar una piedra a uno de los lagos, comenzamos la caminata de unas dos horas hacia Moni. Justo después del aparcamiento hay un sendero que sale a la derecha, si lo sigues, llegarás a Moni por un agradable paseo o mini-trekking que te llevará por algún que otro pueblo pequeñito donde la gente te saludará sin parar. El trayecto se hace bien, aunque en algún momento la pendiente hacia abajo es bastante prominente. Además el frío se había quedado en la cima del Kelimutu y los rayos de sol empezaban dar demasiado calor. Así que si decides volver andando, lleva agua.

Por el camino a Moni
Por el camino a Moni

Una vez en Moni, desayunamos tranquilamente en el porche del hotel y pusimos rumbo al último destino de Flores, Maumere.

De camino a Moni
De camino a Moni
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6 Comentarios

  1. coleccionando imanes -

    3 marzo, 2016 at 2:54 pm

    Mooooonos…. sieeeempre moooonos…. 😉

    1. Flavia Around the World

      3 marzo, 2016 at 3:31 pm

      jiji estäan por todas partes al acecho del bocata olvidado….. o en boca 😛

  2. Irene Somoza

    9 marzo, 2016 at 5:59 pm

    Ayyyy me muero de envidia. Mira que sabía que tenía que ir a Flores, pero no sabía que había lugares tan bonitos… quién pudiera ir ahora! me vendrían tan bien esas aguas termales 🙂

    ¡Tengo que volver a Indonesia!

    beso!

    Ire

    1. Flavia Around the World

      9 marzo, 2016 at 6:25 pm

      ¡Una buena excusa para volver!

      De todas las islas en las que estuve, me quedo con Flores. Tiene de todo y todavía el turismo no ha llegado en masa, lo que le hace incluso más atractiva. ¡Es 100% recomendable!

      Yo también quiero volver a Indonesia jaja ¿cuándo vamos?

      Un besín,

      Flavia

  3. Valen

    13 marzo, 2016 at 9:28 pm

    ¡Qué pasada de sitio! Me lo apunto de cabeza para mi viaje, eso y una nota que diga "cuidado con los monos" jaja, muchas gracias por compartir y enhorabuena por las fotos, abrazo!

    1. Flavia Around the World

      13 marzo, 2016 at 10:16 pm

      ¡Muchas gracias Valen!
      Apúntatelo bien y que no se te pierda porque es una pasada de lugar, como la isla de Flores entera 🙂 Con los monos siempre hay que tener cuidado, sobre todo de los que parecen buenos

      Un saludo,

      Flavia

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