Ollanta y Aguas Calientes: camino hacia la Ciudad Perdida

Ollantaytambo (u Ollanta como la conoce la gente ahí) es un pueblo situado a una hora y media en colectivo desde Cuzco. Se conoce también como la Fortaleza, ya que es ahí donde está uno de los restos arqueológicos incas más importantes de Perú. También es el punto de partida preferido para empezar el Camino Inca. Desde este aquí, los incas dominaban todo el valle y tenían unas vistas privilegiadas con varios kilómetros de visibilidad a la redonda, sin dar opción al enemigo a una emboscada sorpresa.
Como casi todos los días del nuestro viaje, nos levantamos prontito (¿quién dijo que las vacaciones están para descansar?) y en cuanto pudimos, desayunamos en hostal. Nuestro objetivo era llegar a Ollanta y ver el pueblo y su fortaleza inca antes de que saliera nuestro tren hacia Aguas Calientes. Para coger (o agarrar como diría Pablo) un colectivo hay que ir a la calle Pavitos. Una vez ahí, hay más de un colectivo esperando a salir. El precio fijo es de 10 soles por persona, pero como buenos regateadores que somos, nos salió el viaje a 8 soles cada uno. Eso sí, el colectivo iba lleno completamente y tuvimos que cargar con las maletas encima de nuestras piernas más de la mitad del recorrido. El trayecto es todo bajada. No sé si lo he dicho antes, pero Cuzco está a unos 3.400 metros de altura y de ahí al Machu Picchu hay que bajar unos mil metros.

Vistas desde lo alto de la fortaleza de Ollanta
Vistas desde lo alto de la fortaleza

El colectivo para en la plaza principal del pueblo. Ahí, por recomendación del conductor, dejamos todas nuestras cosas en una tienda de todo para poder ver el pueblo tranquilamente. Lo principal era ver la fortaleza. A la entrada, esperábamos encontrarnos con nuestro ángel de la guarda y no tener que pagar los 70 soles por el boleto colectivo, pero esta vez , al contrario que en Cuzco, no tuvimos esa suerte. Así que pagamos la entrada completa y legal. El boleto turístico del Valle Sagrado vale para entrar a varios sitios y tiene una validez de dos días. también es personal (nos hicieron poner el nombre en él). Con esta entrada se puede visitar: Pisac, Ollantaytambo y Chinchero.


Aunque era pronto (no llegarían a las nueve de la mañana), el sol pegaba que daba gusto y todo era cuesta arriba, así que subimos con calma. Una vez arriba, nos arrimamos a un grupo de estudiantes y su guía. Como muchos no le prestaban mucha atención (había algunos escuchando música), decidimos aprovecharnos de las explicaciones que les estaba dando. Sobre todo escuchamos la parte del templo del Sol y sus impresionantes monolitos a prueba de terremotos. Como en muchas de las construcciones incas, los templos estaban perfectamente orientados para que en los equinocios la luz del sol diera en el sitio indicado. La guía, al ver que poníamos más interés que los alumnos, nos dio una pequeña explicación a parte a los 4 y nos enseñó al inca tumbado de la montaña de enfrente.

Templo de Sol en Ollanta
Pablo en el templo de Sol

En la cima de la fortaleza las vistas son increíbles, se puede observar perfectamente el valle entero. No me extraña que los españoles  perdieran alguna batalla contra los incas en este lugar. Una batalla ahí, teniendo que subir, con todos los aparatejos que llevarían y cientos de incas que no serían niños buenos… En fin, más caña les tendrían que haber dado los incas a los españoles.

Vista de las terrazas de la fortaleza de Ollanta
Vista de las terrazas de la fortaleza

Cuando terminamos la visita, fuimos a por nuestras cosas y a esperar a la estación de tren, no sin antes coger provisiones para el viaje. Mientras esperábamos echamos la partidita de mus de rigor, que se hizo un esencial mientras esperábamos cualquier cosa, ya fuese la cena, la comida, el tren…

Ollanta
Voy cruzando el río…

El trayecto de Ollanta  a Aguas Calientes duró hora y media. Una vez ahí, fuimos al hostal Quilla que nos ofertaron en la estación. Pagamos 20 soles cada uno la noche sin desayuno. Las habitaciones estaban limpias y tenían baño privado. Hay mucha oferta hotelera en el pueblo, pero si vas en temporada alta, creo que sería recomendable reservar con antelación.

Ollanta
Patas arriba

Para relajarnos un rato fuimos a los baños termales del pueblo (de ahí el nombre). Aunque he leído que no son las mejores de la zona, es lo que nos pillaba a mano. La entrada vale 10 soles por persona. Es necesario llevar bañador (o en su defecto bañarte con la ropa interior como hizo más de uno que estuvo ahí), toalla y chanclas. Si no tienes, todo esto se puede alquilar. Para llegar ahí es muy sencillo, solo hay que subir la calle principal del pueblo. De nuestro hostal estaba a escasos cinco minutos.

Casa inca de adobe en Ollanta
Noe en el interior de una casa inca de adobe.

Una vez que estuvimos en remojo un rato largo, nos fuimos a cambiar y a buscar un sitio para llenar el estómago. La oferta de restaurantes es muy amplia y muchos restaurantes ofertan menúes por unos 15-20 soles con varios platos. Nosotros elegimos NOMBRE. Después de una buena cena y pensando en el día siguiente (cogíamos el autobús al Macchu Picchu a las 5.30), echamos la última partida de mus del día y a dormir como los angelitos que somos.

Partida de mus antes de coger el tren
Partida de mus antes de coger el tren
seguro viaje IATI
paso a paso creciendo de viaje

4 Comentarios

  1. EDUARDO

    15 diciembre, 2013 at 7:27 pm

    ¡¡Eso está bien!!. Introduciendo el deporte patrio del mus en iberoamérica, je, je.
    Hay que reconocer que los incas eran unos adelantados a su tiempo. Si a nosotros, en la época en la que vivimos, nos piden hacer una construcción en lo alto de una montaña y que indicara con precisión el desplazamiento del Sol, marcando los equinocios y los solsticios, el resultado sería más que desastroso.
    En fin, ¡¡es lo que hay!!

    Bueno, y ahora empieza lo bueno. ¡¡Llega el Machu Pichu!!. Espero con ansía la siguiente entrega.

    Bicos desde Galicia

    1. Flavia

      16 diciembre, 2013 at 8:25 am

      Más de uno nos preguntó que cómo se jugaba al mus 🙂 Éramos el número perfecto para echar partidas.

      Sí que eran adelantados, pero por otra parte no conocían la escritura (me sorprendió).

      La próxima semana sigue la aventura 🙂

  2. EDUARDO

    9 febrero, 2014 at 4:49 pm

    Hola Flavia

    ¿Que tal te va?. Espero que todo bien. Yo llevaba más de un més desconectado totalmente del mundo bloguero. El trabajo me está matando. ¡¡Necesito unas vacaciones cuanto antes!!, je, je.
    Y mientras deseando leer el próximo capítulo de tu estancia por Perú, que ya estoy intrigado

    Buena semanita

    1. Flavia

      10 febrero, 2014 at 1:45 pm

      ¡Hola Eduardo!

      También para mi ha sido enero un mes de bastante trabajo. No he tenido tiempo de publicar nada nuevo (aunque estoy en ello). Lo próximo será el esperado Machu Picchu 🙂

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