Lima: el punto de encuentro

Lima es una capital caótica, con el tráfico que se puede esperar de una ciudad de casi ocho millones de habitantes, más el alborto que hay en cualquier ciudad que está creciendo a marchas forzadas. Puede que sea aquí donde más se note la emergencia de este país latinoamericano. Con todo esto, Lima es el sitio ideal para empezar a conocer el país. Además si se viene del otro lado del charco y se quiere llegar a Perú en avión, creo que no hay muchas otras posibilidades.
Llegamos Noe y yo a Lima sobre las diez de la noche de ahí. Un taxi nos llevó al hotel donde nos esperaba David más dormido que despierto. Como es costumbre, para la primera noche (o las dos primeras en este caso) habíamos reservado ya con antelación una habitación. Elegimos el Lima Hostel Hitchhiker en Miraflores. A la mañana siguiente, ya más descansado y despiertos, nos dispusimos a conocer el centro de Lima. Así que cogimos un autobús, o como dicen ahí un colectivo. El billete nos costó 1,20 soles a cada uno.
Una vez en el centro, comenzamos a ir por avenidas diferentes, pensando que nos encontraríamos en algún momento con la plaza de armas donde se encuentra la catedral, pero llegamos a una plaza azul, la del 2 de mayo. Fue por entonces cuando nos dimos cuenta que en Lima, y prácticamente en todo Perú, las tiendas calles están distribuidas por gremios: en una calle estaban todas las tiendas de música, en la siguiente las de ortopedia, la siguiente las imprentas. 
Plaza de Armas de Lima
En la plaza de Armas de Lima
Seguimos andando hasta encontrarnos con la iglesia del Cristo de los Milagros, que casualmente ese día, 18 de octubre, comenzaba ahí una serie de infinitas procesiones que seguiríamos (o nos seguirían) sin quererlo por todo nuestro viaje. Las calles de Lima se tiñen para la ocasión de morado y blanco. Y nosotros seguimos a las masas cual fanáticos religiosos hasta la plaza de Armas, donde estaba el paso del Cristo de los Milagros.
Panorámica de la plaza de Armas de Lima, Perú
Panorámica de la plaza de Armas

La gran plaza de Lima estaba abarrotada de limeños devotos que querían ver a su cristo. En la plaza se encuentra la catedral, el palacio arzobispal y el palacio del gobierno, donde la guardia cambia todos los días a las 12, menos el que estuvimos nosotros.

Balconada del palacio arzobispal en Lima
Balconada del palacio arzobispal

Lo que más me gustó de la plaza Mayor de Lima fue el color amarillo de los edificios y las espléndidas balconadas (que a mi madre le encantarían), especialmente las del palacio arzobispal.

Causa de atún peruana
Causa de atún

Como el hambre apretaba ya, fuimos a tiro hecho, justo en una calle paralela hay un montón de restaurantes que ofrecen un menú bastante amplio por unos 23 soles. Comimos en el restaurante La otra salsa, donde también tiene menú vegetariano y végano. Ahí es donde degustamos por primera vez la causa (que es una especie de sandwich de patata machacada con especias y relleno al gusto: atún, carne, gambas), el pisco y la inca cola (Perú es en el único país donde la coca cola no ocupa el primer lugar en este tipo de bebidas).

Comida en un restaurante de Lima
Bebiendo una cuzqueña y comiendo un arroz con marisco

Después de comer de maravilla, bebernos un par de piscos, varias cuzqueñas (una de las cervezas de Perú) y algún que otro cóctel, nos dirigimos a hacia la plaza de San Martín. Antes paramos a cambiar dinero. Cambiamos donde Don Pablo: un hombre bajito, pero de confianza. En Perú hay mucha gente que te cambia dinero de forma oficial en medio de la calle. Parece un poco raro e inseguro, pero luego te acostumbras.

La plaza de San Martín es una plaza muy viva, donde hay gente muy peculiar y de todo tipo: monologuistas, predicadores de no sé que religión y pecados, vendedores, etc. De toda esta gente, creo que con el que me quedo es con uno que imparte clases diarias (o por lo menos los dos días que pasamos por ahí estaba) a quien le quiera escuchar. Y hay muchos, aunque un 99,99% hombres. El hombre habla de economía, filosofía, los errores de la biblia, el cambio climático… No todo lo que dice creo que sea cierto, pero me parece muy interesante el hecho de que la gente vaya ahí, participe, pregunte, escuche, se cree un debate. Aunque como en todos los sitios, el orador siempre lleva la conversación al término que él quiere.

Orador de la plaza de San Martín de Lima
Orador de la plaza de San Martín

Como curiosidad de esta plaza, y para terminar ya casi con la visita a Lima, decir que esta plaza en la estatua del medio tiene en la base de la misma una mujer, con un casco con llamas, pero no llamas de fuego, sino el animalito tan típico peruano. Fue un error del artista español que lo hizo, que confundió la llama de fuego con la llama animal.

Plaza de san Martín de Lima
Plaza de san Martín

Lima dio poco más de sí. Volvimos al hostal en colectivo por todo Arequipa. Por la noche nos encontramos con Pablo (no confundir con el que nos cambió el dinero en una esquina de la plaza de Armas), el último componente del cuarteto y fuimos a cenar una parrillada por Miraflores, cerca del parque Kennedy (donde hay un montón de resturantes) con unos conocidos expatriados en Lima.

seguro viaje IATI
paso a paso creciendo de viaje

2 Comentarios

  1. EDUARDO

    23 noviembre, 2013 at 3:35 pm

    Hola Flavia

    Bonito comienzo narrativo del viaje a Perú. Tiene muy buena pinta "la causa de atún", se me hace la boca agua (y eso que hace una hora que he terminado de comer). Creo que me encantaría Perú. Un país en el que la bebida nacional no es la Coca Cola, merece mucho la pena, je, je.

    Bueno, ahora que ya os habéis reencontrado toda la expedición internacional en Lima, el viaje prometo. Espero ansioso las próximas entregas de este super viaje.

    ¿Que tal ha ido la vuelta a la normalidad?. ¿Sindrome post-vacacional o totalmente adaptados a la rutina?

    Bicos desde Galicia

    1. Flavia

      3 diciembre, 2013 at 8:44 am

      ¡Hola Eduardo!

      La vuelta, como todas, ha sido bastante dura. Pero ya estoy pensando en el siguiente viaje.

      La comida en Perú es muy rica y variada y estoy segura de que el país te encantaría. Creo que deberías añadirlo a tu lista de siguientes destinos.

      Saludos desde Alemania,

      Flavia

Deja tu respuesta

Tu correo no será publicado. Campos obligatorios *