Tánger: mirando de reojo a Europa

A Tánger (طنچة) casi se la puede tocar con la mano desde Algeciras. Y parece que es lo que está haciendo ella desde su posición privilegiada. Se bate en un duelo entre ser más europea o mantenerse fiel a sus compatriotas. No es que sea la ciudad que más me haya gustado de Marruecos, pero es un bonito sitio para un primer contacto.

Llegamos a Tánger pronto por la mañana, después de toda la noche viajando (desde Burgos) hacia Algeciras. Una vez ahí, hicimos cola tranquilamente, echamos un par de cabezaditas y Ojitos Saltones montó por primera vez en barco. El trayecto en ferry fue tranquilo, aunque el tiempo no acompañaba demasiado, había nubes acechando en el estrecho. Además duró algo más de dos horas.

Como ya he dicho en la otra entrada, el paso de la frontera es un poco lento, sobre todo si se va con coche, pero ¡lo conseguimos!

Como no habíamos dormido por la noche en condiciones, teníamos reservado un hotel ya para la primera noche en territorio africano. Así que mapa en mano nos dirigimos al hotel. Y sí, he dicho mapa, porque no teníamos GPS de Marruecos (salió a principios del 2009) y tampoco creo que compense comprárselo. Así que, como Paco Martínez Soria, durante todo el viaje nos guiamos por los mapas de la Lonely Planet, unos mapas que imprimí de la guía Michelín y por nuestra intuición femenina. Y he de decir que no nos fue del todo mal.

Fotos del ferry entre Algeciras y Tánger
En el ferry con el peñón de fondo

El hotel no es el más barato en el que estuvimos, nos costó unos 15€ por persona y era bastante europeo, pero es que tampoco encontramos precios inferiores. Sé que diréis que 15€ no es mucho, pero todo depende del país al que vayas, en el plan que viajes y el presupuesto que te hayas puesto. No me acuerdo del nombre ni nada, así que no os lo puedo recomendar.

Después de recuperar fuerzas, salimos a dar una vuelta por la ciudad y ver qué nos podía ofrecer. La ciudad vieja de Tánger está rodeada por una muralla tiene principalmente la medina, el gran zoco y la gran mezquita (aquí todo a lo grande). Además hay un par de miradores desde el que se puede ver el mar y el puerto donde dar un paseo. Después de dar una vuelta por ahí y mojarnos un poco con la lluvia intermitente, el cansancio nos pudo, que no le costó demasiado, y nos fuimos a tomar nuestro primer té marroquí a El Gran Café.

Foto de la plaza y la gran mezquita de Tánger
En la Gran Mezquita

Y colorín colorado Tánger se ha acabado. Próximo capítulo Chauen, uno de mis lugares preferidos.

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